Hay personas que conocen a su enamorado hoy y ya están planeando hasta el nombre de los hijos. Algunos juran que una nueva amistad durará para siempre solo porque tuvieron una buena conversación. La verdad es que algunos signos tienen este talento especial: crean una película entera en su cabeza y se frustran cuando la realidad solo proporciona el tráiler. A continuación, descubre cuáles son los signos que más se engañan fácilmente y siempre se llevan el famoso “golpe”.
Piscis
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Piscis es prácticamente el guionista de su propia ilusión. Soñador por naturaleza, se entrega rápido y con intensidad, incluso sin conocer todos los capítulos de la historia. Por eso, cuando algo sale mal o la otra persona no responde como él imagina, la caída es grande. Aun así, jura que la próxima vez será diferente… y repite todo de nuevo.
Cáncer
A Cáncer le encantan incluso los mensajes tiernos de “buenos días”. Es sensible, cariñoso y está lleno de expectativas sobre lo que siente. Entonces, cuando la otra persona no demuestra el mismo cariño, sufre en silencio, pero sufre mucho. Aunque intente protegerse, siempre cree que todo puede salir bien, lo que lo hace vulnerable a grandes decepciones.
Libra
Libra idealiza. Es del tipo que entra en una relación pensando más en la estética de la pareja que en el contenido. Por querer complacer y buscar armonía, termina ignorando las señales de alerta solo para mantener el ambiente “perfecto” que creó en su cabeza. ¿El problema? Cuando todo se derrumba, llega la sorpresa… que en realidad, no era tan sorprendente después de todo.
Sagitario
Aunque parece desapegado y aventurero, Sagitario tiene un lado que apuesta mucho por sus conexiones. Si cree que algo va a funcionar, ya empieza a alardear, hace planes y contagia su entusiasmo por todos lados. Pero apenas se da cuenta de que no era lo que imaginaba… la frustración llega como un balde de agua fría.
Tauro
A Tauro le gustan la estabilidad y la seguridad. Entonces, cuando siente que algo tiene potencial, se entrega por completo y espera lo mismo del otro lado. El problema es que no todo el mundo retribuye con la misma intensidad, y entonces se decepciona profundamente. Como es terco, insiste un poco más… solo para llevarse un golpe bien dado.
Crear expectativas es parte del paquete cuando nos importa algo. Pero equilibrar la razón y la emoción ayuda a evitar frustraciones innecesarias. Al final, es mejor dejar que las historias fluyan naturalmente que escribir el final feliz en soledad. ¡Deja el guión en manos del universo!